Daba miedo. A priori el partido
de este fin de semana iba a ser duro. Nada más lejos de la realidad. El CB
Martos se presentaba en el polideportivo Municipal de Porcuna como uno de los
gallitos de la Liga, habiendo vencido en sus compromisos más importantes. Un final infartante, emocionante y sobre todo ilusionante para el CB Porcuna que demostró por qué el año pasado fue subcampeón. El rival, CB Martos, goza de una unión en bloque que les hará ser uno de los candidatos al título.
Quizás se dio por supuesto que la
falta de rodaje del Porcuna CB y lo atemorizantes que parecían los de Martos
eran el preludio de una derrota. Pero la madera de campeón se exhibe en la
lucha, y la de los subcampeones es una madera resistente y fiable. Más bien diría
yo, inquebrantable.
En el primer cuarto el CB Martos
mostró que su papel de Goliat adquirido no era en vano. Muy conjuntados, muy
centrados, impenetrables y con Pepe como uno de sus grandes bastiones,
estuvieron muy acertados desde la línea de tres puntos. Todo lo contrario que
los de Juan Moral, fallones desde fuera y tensos en acciones puntuales que se convertían
en faltas tontas tras pérdidas aún más necias. Resultado, el CB Martos se ponía
en ventaja en el primer cuarto. 17-22.
Supongo que las palabras de un
buen líder espolean a sus compañeros y el entrenador del CB Porcuna, sin caer
en el nerviosismo de sus jugadores, ejerció de gran maestro. De-fen-sa… Esa fue
la clave de la reanimación de un partido enfermo que parecía destinado al coma.
Aun manteniendo la ventaja, la actitud de nuestros jugadores, intachable, se convirtió
en furia ganadora. Misma ventaja pero distintas sensaciones. 35-40
A pesar de ello el tiro exterior siguió
sin sonreír, y CB Martos seguía sin ceder su ventaja. Es probable que el
destino de los partidos se marque en el tercer cuarto, pero son más importantes
ciertas sensaciones que las ventajas. El tiro exterior de CB Martos no aceptaba
crítica y eso les mantenía conservando su distancia, pero los apretones
defensivos de Parra, José y Nicolás sembraban la duda en los ojos de los de
Martos. La ventaja no mermaba (52-58) pero el ánimo cambiaba de bando.
Y así llegamos al último cuarto.
Duro, tenso, de alternancias duras como si un set entre Nadal y Federer se
tratase. Los deportes son, casi siempre, saber encajar y esperar el momento. Y
para eso estaban los playmakers. La figura de Parra emergió gigantesca tanto en
la defensa como en el ataque y la de Juan Moral en la dirección y con sendos
triples que incrementaron la ventaja que dieron los puntos del “Martillo Pilón”
Zurita. Parece mentira pero el destino tiene guardados regalos a los luchadores
y Nicolás, que no acertaba con los tiros de tres, tuvo en sus manos el partido.
No lo desaprovechó. Tiros libres aparte, dos acciones defensivas y un triple
que ayudaron a la remontada, hicieron de su actuación una de las más reseñables
en el partido. Algo que necesita el CB Porcuna, recuperar sus activos más
poderosos.
Como consecuencia de estas actuaciones individuales y el carácter imprimido en la defensa los porcunenses se situaron a una distancia de 3 puntos a 7 segundos del final con una posesión para Martos, pero una defensa trabajadísima culminó con un tapón de Sergio, otorgando la victoria final por 79-76 a los discípulos de Juan Moral Sr. Un golpe de efecto en la clasificación de la Liga Provincial y un incremento moral para los jugadores del CB Porcuna.